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Resumen de Noticias
¿Y si tenemos que migrar a otros mundos allende nuestra luna?
De la colonización humana de otros planetas, la ética o de la ficción hecha realidad
Lo que antes era solo material para la Ciencia Ficción ocupa hoy a los científicos
Bogotá D.C., abril 24 de 2014. Sala de Redacción. Stephen Hawking, el renombrado físico teórico, cosmólogo y divulgador científico británico, le dijo no hace mucho al diario 'Daily Mail”: "Si nuestra especie sobrevive en los próximos cien años, mucho antes de 1.000 años nuestro imperativo será emprender un viaje a través de la negrura del espacio para colonizar nuevos mundos del cosmos", expresando lo imperativo que para la humanidad puede llegar a ser la conquista del espacio y la colonización de otros planetas ante el inminente agotamiento de los recursos naturales en el nuestro. Desde Julio Verne con “De la Tierra a la Luna” de 1865 y "Alrededor de la Luna" de 1869; o Edgar Rice Burroughs con su serie de historias marcianas protagonizadas por John Carter en 1911, hasta las “Crónicas marcianas”, de Ray Bradbury en 1950 y otras historias más recientes, la posibilidad de contemplar al ser humano como viajero y colonizador interplanetario ha sido algo que solo ha poblado la imaginación de escritores, poetas o libretistas de films y series de televisión, pero en la actualidad son muchas las notables mentes de los más reputados y serios científicos, las que buscan resolver los problemas planteados por los viajes espaciales humanos.
Impresión artística de una hipotética «Nave propulsada por inducción de agujero de gusano», basada indirectamente en un trabajo de 1994 de Miguel Alcubierre. Crédito: NASA CD-98-76634 por Les Bossinas.
Es marzo del año 2000, y un hombre insiste en que el pagar sus impuestos y ser un buen ciudadano le da el derecho a partir en el próximo cohete con destino a Marte. El “buen contribuyente” expresa sus temores ante lo que considera una inminente guerra nuclear en la Tierra, a sabiendas de las devastadoras consecuencias que tal hecatombe traería para la humanidad, y afirma que nadie querría estar ahí cuando la última conflagración mundial tuviera lugar. Finalmente, tras ser objeto de la burla del personal uniformado que custodia la nave espacial, la policía se lleva al contrariado hombre el cual se resigna a ver como el cohete parte como una saeta veloz zahiriendo los cielos azules orlados de motas de algodón blanco, dejándolo en la Tierra.
Si no recuerda ese hecho ocurrido al inicio del siglo XXI, no se preocupe por cuanto se trata de una de las líneas argumentales trazadas por el escritor Ray Bradbury, para su novela de 1950, “Crónicas Marcianas”, pero bien podría llegar a ocurrir en un futuro incierto en el cual la humanidad llegue a dominar la tecnología necesaria para los viajes espaciales interplanetarios y la vida en nuestro planeta se torne más difícil debido a la superpoblación y el daño ambiental o incluso a la amenaza de un asteroide destructor.
Hilando más fino, existe una teoría paralela pero inversa, como la expresada en el film de 1978 “Battlestar Galactica”, protagonizado por el icónico Lorne Greene, junto a Richard Hatch y Dirk Benedict, lanzado también como serie de televisión transmitida entre 1978 y 1979, y luego reimaginada y relanzada como serie de televisión entre 2003 a 2009 con los protagónicos de Edward James Olmos, Mary McDonnell, Katee Sackhoff, Jamie Bamber, James Callis,Tricia Helfer, y Grace Park.
“Battlestar Galactica”, creada por Glen A. Larson y luego reescrita por Ronald D. Moore, en su nueva versión, plantea la teoría del origen alienígena de la humanidad al describir una guerra milenaria entre los seres humanos que habitan unos planetas llamados Las doce colonias de Kobol y una raza de cyborgs llamados Cylon que desencadena la destrucción de la vida humana en los planetas originales con la subsecuente muerte de millones de personas, y la fuga por pies de los pocos sobrevivientes a bordo de un desigual grupo de naves espaciales liderado por la última gran nave de batalla llamada “Battlestar Galactica”, al mando del comandante Adama, (Representado sucesivamente por Lorne Greene y Edward James Olmos).
Jugando al qué fue primero, si el huevo o la gallina, la humanidad perseguida por los Cylons e inmersa en sus propios conflictos y angustias, sigue antiguas leyendas y profecías que hablan de un remoto e ignoto planeta del cual habría surgido la vida humana, un mítico mundo al que llaman “Tierra”, y el cual, a lo largo de la serie de televisión, buscan ansiosamente a lo largo y ancho del universo portando consigo los gérmenes de antiguas civilizaciones como la tolteca, la egipcia o la griega, las cuales plantarían luego en la Tierra…
Los vikingos viajaron hasta la isla de Terranova, en el extremo norte de la actual Canadá, en una fecha no totalmente establecida pero que sería a partir del siglo X, y establecieron allí algunos asentamientos, pero los ataques de agresivos indígenas que ellos llamaron skræling, que probablemente serian algonquinos, y la lejanía de sus tierras natales que dificultaba la llegada de refuerzos y mujeres, pusieron fin al único intento vikingo por colonizar lo que siglos después sería conocido como América. Leiv Eiriksson descubriendo América del Norte. (Fuente: Nasjonalgalleriet Oslo)
Pero hasta ahí, todo lo que se ha dicho es no solo algo teórico o de ficción sino propio de la imaginación humana, por cuanto la tecnología necesaria para llevar a cabo viajes interplanetarios no se encuentra suficientemente desarrollada como para poder superar los graves problemas técnicos y de salud a los que se deben enfrentar los astronautas en el espacio exterior durante prolongadas estadías.
Sin embargo, cuando en 1865 Julio Verne escribió sobre un viaje del hombre a la Luna, tampoco se contaba con la tecnología o el conocimiento para hacer llegar el hombre a nuestro satélite natural, algo que solo ocurriría cien años después, mientras que hasta ahora solo las naves Voyager I y Voyager II, que partieron hace treinta y siete años de la Tierra, son los únicos objetos hechos por el hombre que han viajado más allá del sistema solar.
La búsqueda de vida o encontrar hacia a donde viajar.
Encélado, uno de los más de treinta satélites naturales de Saturno (NASA/JPL/Space Science Institute)
Independiente de cuál sea la razón que se constituya en el acicate para que la raza humana se vea impulsada a colonizar otros mundos, bien sea la codicia por hacerse del control de ricos y valiosos yacimientos minerales, o el Lebensraum como necesidad de supervivencia de la especie, o para escapar de alguna catástrofe natural o provocada por el mismo hombre, o simplemente por la mera curiosidad y espíritu aventurero, todo parece indicar que el ser humano en este siglo XXI dará el salto para convertirse en un colonizador de su vecindario planetario.
Ahora bien, todo viaje no solo empieza con un primer paso, así sea en este caso interplanetario, sino que generalmente debe tener un destino final, un lugar a donde llegar, la meta que alcanzar. El vikingo Leiv Eiriksson, seria, hasta entonces, uno de los exploradores que se adentró en la mar océana sin tener claro a donde iba a llegar, simplemente avanzando y descubriendo nuevas tierras a medida que lo hacía.
Contrario a Cristóbal Colon, quien zarpó del Puerto de Palos el 03 de agosto de 1492 para su primer viaje y que ya tenía en mente un destino a donde arribar: Cipango -el moderno Japón- y a las tierras del Gran Kan navegando hacia occidente. El que Colon se hubiese equivocado al confundir América con la India, no quita el hecho de que hubiera tenido previamente claro un lugar a donde quería llegar.
Pero si hablamos de intrépidos astronautas, estos no pueden equivocarse de destino ni improvisar ya que una travesía interplanetaria no es fácil por cuanto el espacio exterior no es amigable para el ser humano y por el contrario, está plagado de obstáculos, peligros y amenazas para su supervivencia.
Se debe tener claro a donde queremos ir para poder calcular los recursos necesarios para cumplir la misión y los riesgos que se corren en el trayecto.
Ahora bien, ese planeta de destino, el sitio a donde deberemos querer ir, tampoco puede ser seleccionado de forma caprichosa o al azar, si estamos hablando de colonizarlo.
Nuestro planeta elegido debe reunir las mínimas condiciones para que la vida, (no necesariamente humana ni superior), pueda existir. Es por eso que un ejército de científicos se dedica las 24 horas de los 365 días del año en buscar planetas que puedan albergar vida, tanto en nuestro sistema solar como allende sus límites.
Hasta ahora, el planeta que más posibilidades tiene de poder albergar vida es nuestro hermano gemelo menor: Marte, lo que no significa que hayan descartado otros cuerpos celestes.
Concepción artística de la sonda Cassini en su maniobra de inserción en órbita alrededor de Saturno, (Fuente : https://photojournal.jpl.nasa.gov)
En efecto, con un costo de aproximadamente 3.200 millones de dólares, el 15 de octubre de 1997 despegó de la estación de Cabo Cañaveral impulsada por medio de un cohete Titan IV/B de dos etapas, la nave Cassini-Huygens, el fruto de un proyecto conjunto de la NASA, la ESA y la ASI, cuyo objetivo es estudiar el planeta Saturno y sus satélites naturales.
Cassini-Huygens, alcanzó la mayor luna de Saturno, Titán, el 14 de enero de 2005, iniciando así una misión que la convierte en la primera nave que orbita Saturno y el cuarto artefacto espacial humano que lo visita.
Para el último periodo de 2005, Cassini, descubrió actividad volcánica en Encélado, una de las numerosas lunas de Saturno, (algo que sólo se ha detectado en Ío, la Tierra y quizá Tritón), y luego en marzo de 2006, la sonda hizo un nuevo descubrimiento: Hay grandes cantidades de agua (posiblemente helada) que es expulsada a la atmósfera de forma parecida a un géiser.
Cassini detectó la forma del campo gravitacional de Encélado en el transcurso de tres sobrevuelos efectuados entre 2010 y 2012, periodo durante el cual recopiló valiosa información que ha permitido descubrir el océano oculto bajo la superficie de esa luna de Saturno, pero ahí no termina la importancia de los hallazgos de la sonda ya que según los resultados de los análisis de la información recopilados por Cassini, Encélado, podría alojar vida microbiana extraterrestre, lo cual fue anunciado recientemente y sin ningún empacho por los científicos de la NASA.
La sonda Cassini realizó sus primeras mediciones bajo la superficie del polo sur de un congelado Encélado; satélite el cual tiene una temperatura promedio de 75 K, siendo la mínima de 32,9 K y la máxima de 145 K, y estas permitieron detectar el mar ocultó cuya superficie es más o menos equivalente a la del lago Superior, el mayor de los Grandes Lagos de Norteamérica, que es compartido por Estados Unidos y Canadá, y que es el segundo más grande de la Tierra con una extensión de 82.000 km², lo que en palabras llanas significa que el mar oculto de Encélado, es mayor que la República Checa.
Pero además se ha determinado que el fondo del mar de Encélado está constituido por rocas, que podrían favorecer el desarrollo de pequeñas formas de vida.
Pero tampoco ahí paran las emociones ya que Cassini ha evidenciado que las columnas de vapor escapando de varios agujeros cerca del polo sur de esta luna detectados en 2005 pueden describirse señalando que "Estos chorros cerca del polo sur de Encélado contienen agua salada y moléculas orgánicas, los ingredientes químicos elementales para crear la vida", según explicó la Dra. Linda J. Spilker, jefa del proyecto Cassini en la NASA.
Spilker, quien ha enfatizado antes que “La misión Cassini ha revolucionado nuestra comprensión del sistema de Saturno. Descubrimientos fundamentales han cambiado nuestra visión de Saturno, Titán, las lunas heladas, los anillos y la magnetosfera”, indicó también que, en cuanto al Océano oculto de Encélado, “El hallazgo cambia nuestro punto de vista respecto a las 'zonas habitables' en el interior de nuestro sistema solar y en los sistemas planetarios pertenecientes a otras estrellas", agregó.
Así pues, los datos sobre Encélado permiten a los científicos mejorar su comprensión sobre cómo puede funcionar el origen de la vida no solo en otros planetas sino en la Tierra, dado que encontrar evidencias de vida en otros planetas permitiría entender mejor cómo surgió la vida en el nuestro.
“Mientras Alicia está meditando sobre cómo debe de ser el mundo al otro lado del espejo de su casa, se sorprende al comprobar que puede pasar a través de él y descubrir de primera mano lo que ahí ocurre. Así lo hace, y llega a una sala en la que las piezas de ajedrez parecen cobrar vida por momentos”.
Fragmento de A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (en inglés: 'Through the Looking-Glass, and What Alice Found There') novela infantil escrita por Lewis Carroll en 1871.
Para la NASA, esto significa que “Y mientras continúa la búsqueda del escurridizo "punto azul" - un planeta con más o menos las mismas características que la Tierra - una nueva investigación revela que la vida en realidad podría ser capaz de sobrevivir por algunos de los muchos bichos raros exoplanetarios que existen”.
"Cuando estamos hablando de un planeta habitable, estamos hablando de un mundo donde puede existir agua líquida", dijo Stephen Kane, un científico del Instituto de Ciencia de Exoplanetas de la NASA en el Instituto de Tecnología de California en Pasadena. "Un planeta tiene que estar a la distancia adecuada de su estrella - no demasiado caliente y no demasiado frío." Determinado por el tamaño y el calor de la estrella, este intervalo de temperaturas que comúnmente se conoce como la "zona habitable" alrededor de una estrella.
Según las investigaciones adelantadas en los llamados “exoplanetas”, muchos de ellos presentan condiciones diferentes a las que significaron el favorecimiento de la vida en la Tierra, el cual es nuestro punto de referencia inmediato, sin embargo “Aunque los planetas como éstos serían muy diferentes de la Tierra, esto podría no obstante [significar] que sean capaces de albergar vida extraterrestre. "Los científicos han encontrado formas de vida microscópicas en la Tierra que puedan sobrevivir a todo tipo de condiciones extremas", dijo Kane, y agregó "Algunos organismos, básicamente, pueden bajar su metabolismo a cero para sobrevivir, las condiciones frías de muy larga duración. Sabemos que otros pueden soportar condiciones de calor extremas si tienen una capa protectora de roca o el agua. Incluso ha habido estudios realizados en las esporas, bacterias y líquenes de la Tierra, que muestran que pueden sobrevivir en ambos ambientes hostiles en la Tierra y las condiciones extremas del espacio".
Hypsibius dujardini, tardigrado u Oso de Agua. (Foto Bob Goldstein y Vicky Madden, UNC Chapel Hill)
Stephen Kane, se refiere a unos seres asombrosos conocidos como extremófilos dotados con una amplia resistencia a factores extremos climáticos.
En ese orden de ideas, los científicos de la NASA anunciaron en abril de 2013, que el satélite Kepler de la NASA, que sigue más de 150.000 estrellas en busca de planetas similares a la Tierra, encontró a tres que podrían albergar vida.
Se trataría de los planetas Kepler-62e Kepler-62f, que son parte de un sistema de cinco planetas, cuya estrella equivalente a nuestro Sol, se llama Kepler-62, y a partir de ella se designan los nombres de los planetas individuales.
Impresión artística de Kepler-69c, un super-Venus exoplaneta orbitando Kepler-69, una estrella como el sol.
El tercer planeta que podría ser habitable, pero no está incluido en el estudio, se llama Kepler-69c.
En cualquiera de estos podría existir agua líquida en la superficie, según informaron los científicos.
Tom Barkley, científico del Kepler en el Instituto de Investigación Medioambiental del Área de la Bahía, en Sonoma, California, explicó en su momento que "Con todos estos descubrimientos estamos viendo que la Tierra parece un lugar cada vez menos especial y que hay cosas más parecidas a la Tierra en otras partes".
Claro que para que intrépidos astronautas humanos puedan pensar en clavarle una bandera terráquea a la superficie de uno de esos tres planetas, se requiere una tecnología que en la actualidad no poseemos ni estamos cerca de alcanzar por cuanto la estrella Kepler-62 está a 1.200 años luz de distancia de la Tierra y la Kepler-69 está a 2.700.
Un año luz es la distancia que recorre la luz en un año en el vacío, y equivale a unos 9 billones de kilómetros.
Tamaños de los planetas- Kepler-69c , Kepler-62e , Kepler-62f , y la Tierra.
"Las misiones futuras de la NASA van a centrarse en las estrellas más cercanas que podemos mirar con mucho más detalle", puntualizó Tom Barkley.
El concepto artístico de Kepler-186f: un exoplaneta del tamaño de la tierra ubicado en la zona habitable de su estrella anfitriona. Creado, 17 de abril 2014. (Autor: NASA Ames / SETI Institute / JPL-Caltech)
En una conferencia realizada el 19 de marzo 2014, (aunque los resultados solo fueron filtrados a los medios el 17 de abril), la NASA hizo otro importante anuncio que representa un gran avance en la búsqueda de planetas capaces de albergar vida.
Kepler-186f es un exoplaneta que orbita la estrella enana roja Kepler-186, ubicado a 492 años luz de la Tierra, y hasta ahora representa el primer hallazgo de un planeta de un tamaño similar a la Tierra y que por sus características reúne las condiciones para albergar agua líquida, importante ingrediente para la existencia de la vida.
Los científicos consideran que existe una medida del potencial que tiene un cuerpo cósmico de sustentar vida y la llaman “Zona de Habitabilidad” o “Zona habitable”, concepto que se puede aplicar tanto a los planetas como a los satélites naturales de los planetas.
El concepto parte de que el único requisito absoluto para la vida es contar con una fuente de energía, por lo que resulta interesante determinar la zona de habitabilidad de diferentes estrellas, pero la noción de habitabilidad planetaria implica el cumplimiento de muchos otros criterios desde los geofísicos, los geoquímicos y los astrofísicos para que un cuerpo cósmico sea considerado como capaz de sustentar vida.
La zona habitable para el sistema estelar en el que se ubica el Kepler-186f, se estima de forma conservadora, que se extiende entre las distancias que reciben desde un 88% a un 25% de la iluminación que recibe en nuestro sistema solar la Tierra (0,22-0,40 UA). El Kepler-186f recibe el 32%, colocándolo así dentro de la zona de habitabilidad, pero cerca del borde exterior, similar a la posición que ocupa Marte en nuestro Sistema Solar.
Claro está que el concepto de Zona de Habitabilidad constituye un ejercicio teórico basado en extrapolar las condiciones que en nuestro sistema solar se conocen como desencadenantes o favorecedoras de la vida en nuestro planeta, y aplicarlas a los demás sistemas planetarios. Es aplicar conceptos conocidos a otras situaciones para tratar de explicar lo que no se conoce: La existencia de vida extraterrestre.
Con esto en mente un estimativo realizado anteriormente por el telescopio Kepler, que orbita a 149,5 millones de kilómetros de la Tierra desde hace cinco años, arrojó como resultado que una de cada 5 estrellas similares al Sol podría tener planetas habitables con lo que se añadió 715 exoplanetas a la lista de un millar de cuerpos que orbitan estrellas a una distancia que hace posible la existencia de agua y por lo tanto de vida, pero en el caso del Kepler-186f, esta es la primera confirmación en un 99,98% de que hay planetas similares a la Tierra en otras galaxias.
Ahora bien, el hecho de que la NASA busque vida microbiana no descarta la existencia de vida más evolucionada en el universo, después de todo nosotros algún día fuimos una bacteria sobreviviendo en el limo primordial y ahora, millones de años después, pensamos en conquistar el Sistema Solar; pero por lo pronto el pensar en encontrar a un amigable ET que nos diga “ET phone home”, es algo que parece remoto.
Así las cosas, el que Marte sea visto como destino de una colonia humana sigue resultando el más atractivo para la comunidad científica y por eso es que se ha puesto “de moda”, cuando hablamos de búsqueda de vida extraterrestre y de un planeta hacia el cual migrar.
Los riesgos y los conflictos éticos de viajar a otros planetas
Concepción artística del Proyecto Orión de la NASA.
"Este tipo de misiones probablemente expondría a la tripulación a niveles de riesgos conocidos que van más allá de los permitidos por los criterios actuales en materia de salud, así como a una serie de riesgos todavía mal definidos, inciertos y hasta impredecibles", dice un informe del Institute of Medicine (IOM), divulgado el pasado 03 de abril de 2014. Específicamente el informe de la IOM se refiere a riesgos para la salud humana que superan los límites hoy fijados por la agencia espacial estadounidense (NASA), para sus astronautas.
Dado que los riesgos para la salud de misiones cortas al espacio pueden incluir náuseas, un estado de debilidad generalizado y alteraciones de la visión, mientras que las misiones prolongadas podrían incluir la aparición de cáncer inducido por radio o la pérdida de masa ósea, y por cuanto que la NASA planea enviar astronautas a Marte para el 2030 y trabaja actualmente en la construcción de un lanzador y un cohete espacial para ello, la agencia espacial norteamericana se muestra preocupada.
La NASA pidió al IOM implementar un marco ético para guiar las decisiones futuras en los vuelos espaciales tripulados. Los integrantes del comité de expertos descartaron establecer una serie de criterios de salud específica para las misiones a Marte, y en su lugar, el grupo de científicos concluyó que la única opción era conceder excepciones a los criterios de salud actuales.
La IOM, enfatizó sin embargo que "Cualquier excepción debería ser rara y sólo ocurrir en circunstancias particulares", y recomendó a la NASA que dentro de los protocolos se debía permitir que los astronautas decidieran ellos mismos si participaban o no en ese tipo de misiones espaciales, o la necesidad de elegir misiones benéficas para la sociedad en general. El comité también recomendó a la Nasa contratar un seguro de salud vital para sus astronautas.
Y es que hasta ahora la humanidad solo ha tenido experiencia en permanencias prolongadas de astronautas en órbita baja de la Tierra o en el viaje ida y vuelta a la Luna, pero si hablamos de viajar a Marte estamos ante lo desconocido como cuando el vikingo Leiv Eiriksson, salió hacia la mar abierta o Colon zarpó de Puerto de Palos, pero con la certeza de que el viaje conlleva riesgos mortales ciertos que con nuestra actual tecnología aún no se pueden contrarrestar aunque se trabaja intensamente en cómo resolver esos problemas.
“Ayer me ascendieron a astronauta y hoy voy a hacer mi primer viaje con una nave espacial. Me la imaginaba, bonita, grande, con baño y la comida muy buena, pero, no era así, era muy distinto casi, al contrario, hasta dormir era imposible porque no había cama.
Mi misión era ver si había vida en Saturno, se me pasó un año y al llegar descubrí que había vida en los anillos de Saturno, Pero eran tan pequeños que tuve que coger una lupa gigante para verlos y hacerles fotos, cumplí mi misión y volví a casa con una sonrisa porque me lo pasé muy bien”.
Aaron Valero Albert, (Citado por Mario Tordera Benlloch)
De la nave espacial del Doctor Zarkov, construida para salvar la Tierra en el comic Flash Gordon, creado por el dibujante Alex Raymond el 7 de enero de 1934, a la emblemática Enterprise NCC-1701, la nave del universo de Star Trek e insignia de la Flota Estelar de la Federación Unida de Planetas, de la serie de televisión creada por Gene Roddenberry en 1966, todas buscan desarrollar la forma como el ser humano imagina la forma de viajar en forma rápida y segura a través de las enormes y gélidas distancias siderales.
El problema es que con la tecnología actualmente disponible nuestras naves espaciales no son ni rápidas ni totalmente seguras para los viajes interplanetarios, teniendo en cuenta que las distancias en el universo se miden por el tiempo que emplea la luz en viajar entre dos puntos, así tenemos como la luz, en el vacío estelar, viaja a 299.792.458 metros por segundo.
Guardando ese orden de ideas tenemos que la distancia entre la Tierra y el cuerpo celeste más cercano, esto es la Luna, es de 1,3 segundos luz, que, con la tecnología de propulsión espacial actual, significa un viaje de unos tres días de duración.
Sin embargo, esto cambia si entramos a mirar la distancia entre la Tierra y otros planetas del sistema solar, la cual varía entre tres minutos luz y unas cuatro horas luz. En palabras llanas y dependiendo del planeta y de su alineación con la Tierra, esto significa que las naves espaciales no-tripuladas emplean entre unos pocos meses y algo más de una década en realizar el viaje.
Ahora bien, el Proyecto Orión desarrollado por la NASA, es una de las líneas de trabajo que pretende encontrar una solución a la necesidad de contar con una nueva nave espacial capaz de cubrir la mayoría de los requerimientos de un viaje tripulado que duraría meses y quizás años aumentando los riesgos a los que estarían expuestos los astronautas.
Proyecto Orión se basa en el concepto de una nave espacial directamente impulsada por una serie de explosiones de bombas atómicas detonadas detrás de la nave (propulsión nuclear de pulso). Aunque las primeras versiones de este vehículo teórico se concibieron para despegar desde la Tierra, las graves secuelas nucleares asociadas con ello la hicieron impráctica, por ello sus versiones posteriores se plantean solamente para un uso en el espacio exterior.
“Lo olvidé todo, absolutamente todo, peligros, fatigas, enfermedades e incertidumbres del regreso.”
Sir Richard Francis Burton, (Torquay, Reino Unido, 19 de marzo de 1821 – Trieste, Imperio Austrohúngaro, 20 de octubre de 1890), famoso e incansable viajero y explorador de Asia y África, así como un extraordinario conocedor de lenguas y culturas. De acuerdo con un recuento reciente, hablaba veintinueve lenguas europeas, asiáticas y africanas.
Los graves riesgos y los aparentemente insalvables obstáculos técnicos y enormes costos que conlleva un viaje interplanetario, no han desalentado a los científicos quienes trabajan en varias líneas teóricas para poder superarlos.
Hasta ahora, con la tecnología actual de base tendríamos que hablar de una nave espacial auto sostenible en materia de combustible, que proteja a los astronautas de las mortífera radiaciones, y que les permita contrarrestar los efectos nocivos de la falta de gravedad en el cuerpo humano, por espacio de varios meses y tal vez años, suministrándoles calefacción, oxigenación, alimentación, disposición de deshechos durante todo ese tiempo, además, descartando la posibilidad de un reaprovisionamiento e incluso de un regreso a la Tierra.
Todo esto debe contemplar también el manejo de los problemas psicológicos que un prolongado confinamiento en un espacio reducido, la nostalgia por la familia, los amigos y el planeta Tierra, puedan afectar a los astronautas.
Otro tema muy importante también, es la sexualidad. Aunque no existe prueba que la NASA u otra agencia espacial hayan hecho experimentos sobre la sexualidad humana en el espacio exterior, o si los hicieron, no se conocen los resultados, lo cierto es que la sexualidad es algo vital para la estabilidad psicológica de los astronautas y que el llevar a cabo una copula en situación de ingravidez total es algo que resulta más difícil de lo imaginable dados aspectos como que la falta de gravedad afecta la circulación sanguínea y esto significa que habría problemas para mantener una erección, además también existirían problemas para que la penetración se pueda lograr o que esta se pueda prolongar.
Y como si fuera poco, la radiación a la que estarían expuestos los astronautas provoca infertilidad.
Otro aspecto para tomar en cuenta es la manera pronta, eficaz y oportuna de prestarles atención médica en caso de algún problema de salud que se llegare a presentar. ¿Qué sucede si es necesario realizar una cirugía de corazón abierto?, ¿Y si alguien necesita un trasplante?, ¿Y si el único médico y cirujano de a bordo se enferma o muere?, ¿Si se agotan las reservas de medicamentos de a bordo)
La ciencia médica ya aborda temas como esos incluso sin la necesidad de pensar en un viaje espacial.
En efecto, la posibilidad de fabricar prótesis a bajo costo y en forma sencilla usando impresoras 3D, la clonación in vitro de órganos para trasplantes a partir de células pluripotentes inducidas (iPS), el uso de robots para asistir una cirugía como el creado por Linda van den Bedem de la Eindhoven University of Technology llamado "Sofie" (o Surgeon’s Operating Force-feedback Interface Eindhoven), en el cual la consola principal o de control, es una estación de trabajo desde la que el cirujano controla los brazos robóticos e instrumentos quirúrgicos y que es capaz de generar respuestas táctiles que permiten calcular el grado de presión al momento, por ejemplo, de suturar, representan algunas de esas soluciones, actualmente disponibles o en vía de perfeccionamiento, que podrían ser empleadas en un hipotético viaje muy prolongado en el espacio exterior.
Sin embargo, no significa que todos los riesgos se puedan evitar o que todas las contingencias que puedan presentarse estén previstas y resueltas. Los peligros son grandes y mortales y en el espacio exterior a meses de la Tierra, no resultaría fácil recibir ayuda por lo que los astronautas deben estar en condiciones de resolverlo solos.
“–No eres de aquí –dijo el zorro–. ¿qué buscas?
–Busco a los hombres –dijo el Principito–“.
Fragmento de El Principito de Antoine de Saint-Exupéry (1900–1944).
Con todo, cuando la empresa privada Mars One, que planea un viaje sin regreso a Marte en el 2023, para establecer la primera colonia humana, a un costo de 6,000 millones de dólares; abrió su convocatoria para reclutar voluntarios, más de 200 mil personas se presentaron, a sabiendas que solo unos pocos serían los seleccionados; esto demuestra que el espíritu humano continua siendo el motor más fuerte para lograr los avances, los descubrimientos y el desarrollo.
Con información de: Wikipedia, https://actualidad.rt.com/, https://events.rice.edu/, https://www.eltiempo.com/, https://nasasearch.nasa.gov/, https://cnnespanol.cnn.com/, https://www.elpais.com.uy/, https://www.cinempatia.com/, https://alt1040.com/, https://www.pagina12.com.ar/, https://www.antropocacos.com/, https://books.google.com.co/, https://www.fayerwayer.com/, https://www.huffingtonpost.es/, https://pijamasurf.com/, https://www.elnuevoherald.com/, https://www.ehowenespanol.com/, https://www.muyinteresante.es/, https://www.clarin.com/.
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