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Resumen de Noticias

El miedo está cercando a Bogotá
El extraño caso del policía desaparecido y la presencia de bandas criminales en capital colombiana
Desde “Los Pascuales” a los “Tierreros” viejos criminales con nuevas caras

Bogotá D.C., enero 29 de 2013. Sala de Redacción. (Ver aquí última noticia sobre este caso) El miedo, esa muerte pequeña que conduce a la destrucción total, en palabras del escritor norteamericano Frank Herbert, se está paseando por las áreas periféricas de la ciudad de Bogotá, la capital de Colombia, traído de la mano, como si se tratara del animalito “regalón”, de variopintas bandas de criminales, cada vez más osados y sanguinarios. La extraña desaparición de un patrullero de la Policía Nacional, en la Localidad de Usaquén, al nororiente de la ciudad, podría ser otro más de los síntomas de un mal que si no se detiene a tiempo podría convertirse en un cáncer más como lo han sido los paramilitares y los narcotraficantes, entre otros protagonistas obscuros de la violenta historia de este país sudamericano.

 Bandas de tierreros

Varias bandas de criminales imponen la ley del terror en los barrios periféricos de la capital colombiana, no solo amenazan la seguridad de los ciudadanos, sino que desafían la razón de ser del propio Estado y amenazan con salirse de control si no son erradicadas por las autoridades. El miedo es su principal aliado al imponer la “ley del silencio” entre los ciudadanos.

El pasado domingo, el patrullero de la Policía Nacional, Jairo Díaz Vergara, de 24 años, se encontraba en el barrio Villa Nidia, en los cerros de la localidad bogotana de Usaquén, al nororiente de Bogotá, en compañía del Subintendente Rusber Hincapié, y dos compañeros más, a donde subieron a bordo de dos motocicletas de la institución, atendiendo una denuncia de la ciudadanía que daba cuenta de la presencia de hombres armados en el sector, según confirmó el coronel Reynaldo Rojas, comandante de la Policía de Usaquén, quien señaló que “El patrullero Díaz subió al sector de Villa Nidia en dos motos de alto cilindraje junto a tres compañeros más. Ya en el sector, el uniformado se internó en una zona de difícil acceso, por lo que en cuestión de tres minutos sus compañeros empezaron a preguntarlo sin tener ninguna respuesta”. Al parecer Jairo Díaz Vergara, se separó de sus compañeros y no regresó al punto de encuentro acordado.

Los hechos ocurrieron cerca de las 02:00 P.M., locales, en un peligroso barrio de la capital de Colombia, Villa Nidia, el cual es escenario de las operaciones delictivas de dos tenebrosas bandas ‘los Pascuales’ y ‘los Tarazona’, dedicadas al “microtráfico” o expendio de drogas ilegales a pequeña escala en calles y parques de esa Localidad, así como a la microextorsión de pequeños comerciantes barriales.

Jairo Díaz Vergara, es un policial con cuatro años de vinculación a la Institución, descrito como “Muy aventado (…) no le tenía miedo a las misiones, por arriesgadas que parecieran”, según le dijo el Subintendente Rusber Hincapié, al diario colombiano “El Tiempo”.

Díaz Vergara, llevaba tan solo 15 días en el cuadrante policial del sector, el cual fue recientemente creado tras el Consejo de Seguridad que el presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, y el Alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro, lideraron en el sector de “El Codito”, tras las múltiples quejas y reportes sobre la rampante acción delincuencial en los barrios que comprenden esa área periférica de la capital habitado por humildes familias.

La decisión conjunta entre el presidente de la República y el Alcalde Mayor, de dotar con la presencia de 150 efectivos adicionales de la Policía Nacional, al sector de “El Codito”, se originó en un tiroteo ocurrido a inicios de 2013, en el barrio Villa Nidia, que se saldó con cinco personas muertas y que habrían sido integrantes de la banda de “Los Pascuales”. La masacre se habría producido, según se informó en el momento, por enfrentamientos internos entre las siniestras bandas criminales por el control territorial y del microtráfico.

Algo que no es nuevo ya que antes habían sido capturados dos jóvenes conocidos como ‘La Araña’ y ‘Álex’, cuyos verdaderos nombres son Felipe Andrés Velásquez Muñoz y Alexánder Cruz Santiestéban.

Los dos presuntos integrantes de “Los Pascuales”, fueron imputados de los delitos de Homicidio agravado múltiple, tentativa de homicidio agravado, porte ilegal de armas y concierto para delinquir, cargos que no aceptaron.

Para la Fiscalía, alias “La Araña” y alias “Alex”, habrían tomado venganza en contra de cuatro integrantes de su propia banda, la de “Los Pascuales”, quienes habrían intentado retirarse de la organización para ingresar a la banda rival de ‘Los Tarazona’, en hechos ocurridos la noche del 3 de julio de 2012, cuando varios integrantes de ‘Los Pascuales’ llegaron hasta la cancha de micro futbol del barrio Santa Cecilia, en la calle 163 con carrera 1, donde ultimaron a bala a José Hernando Bello Calderón, Carlos Alberto Martínez Cañón y Andrés Alberto Gómez Melo, e hirieron gravemente a otro hombre, quien huyó y sobrevivió a la masacre, y hace poco la policía logró la captura de 13 integrantes de la banda ‘Los Pascuales’ en el barrio Santa Cecilia Alta.

Pero las cosas no siempre acaban bien, una redada organizada por la policía a mediados del año pasado contra “Los Pascuales, terminó con una fuerte balacera que duró hora y media, entre efectivos policiales y jóvenes integrantes de la banda criminal y que se saldó con los patrulleros Cristian Simón Marín Suárez y Andrés Rivera Lozano, heridos.

En esa ocasión los delincuentes se atrincheraron en algunas casas del sector y desde ahí abrieron fuego contra la policía. Por los hechos fueron capturadas varias personas, pero solo uno, Mauricio Guerrero Parada, fue judicializado.

Dentro de ese contexto de violencia criminal, la Policía Nacional, inicialmente barajó la hipótesis de que el patrullero Jairo Díaz Vergara, podría haber caído a uno de los barrancos que circundan el área, pero luego fueron adoptando mayor certeza en que la desaparición del agente del orden se habría producido a manos de alguna de las peligrosas bandas que operan en ese barrio.

Desde el domingo último, unos 300 efectivos de la Sijin y del Grupo de Rescate de la Policía, se tomaron los cerros de “El Codito”, buscando entre las agrestes y empinadas calles de esos barrios, algún rastro de su compañero desaparecido. Según se informó, lo único que encontraron fue el chaleco antibalas verde olivo del uniformado.

A medida que las horas pasaban, un centenar de efectivos del batallón de Policía Militar No. 15, se unieron a los policías, e incluso usando un helicóptero realizaron un impresionante operativo en el barrio Villa Nidia, y sus circundantes, al tiempo que miembros de los cuerpos de socorro continuaban con la búsqueda en un área boscosa de seis hectáreas.

El hallazgo del chaleco antibalas del patrullero en el barrio Santa Inés, hace tomar mayor fuerza a la teoría de que Jairo Díaz Vergara, fue secuestrado por alguna de las bandas de criminales que operan en el sector, según expreso el comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, general Luis Eduardo Martínez, al decir que “Casi que se ha recorrido palmo a palmo esta zona boscosa que no es muy grande, y no encontramos absolutamente nada. Fuera de eso, se encuentra un chaleco que, para encontrarse de esa manera, se lo tuvieron que haber quitado y botado. De tal manera que uno presume que aquí lo que hay es un secuestro”, al tiempo que anunciaba una recompensa de 20 millones de pesos, (U$ 11.242,27), a quien dé información sobre el paradero del uniformado, indicando que quería “Decirles a las personas que tengan conocimiento de este hecho que estoy ofreciendo hasta 20 millones de pesos de recompensa por información que me conduzca a dar con el paradero de nuestro policía”, y a sus posibles captores les envió un mensaje: “A las personas que lo puedan tener, sabemos que aquí operan unas bandas focalizadas dedicadas al tema del microtráfico, a la microextorsión, que son los Pascuales y los Luisitos, y si ellos tienen a este miembro de la Fuerza Pública, lo mejor que pueden hacer es entregárnoslo”, dijo el alto oficial.

El posible secuestro del patrullero Jairo Díaz Vergara resulta extremadamente preocupante por cuanto demostraría la actitud desafiante que los criminales del sector presentan ante las autoridades.

Y es que en los últimos años han ido floreciendo bandas organizadas de criminales como la de “Los Pascuales”, que toma el nombre de uno de los fundadores del barrio y líder comunal Pascual Guerrero, un antiguo desplazado que tras llegar al sector organizó un grupo de paramilitares que hoy por hoy son responsables de homicidios, hurtos, secuestros y extorsiones, y que estaría integrada por unos 30 miembros y una veintena de auxiliadores.

A ellos se suma la presencia de otras bandas, como la de ‘Los Tarazona’, “los Luisitos”, ‘Los Porras’, y los ‘Santandereanos’, todos sindicados por las autoridades de la comisión de varios delitos como homicidio, lesiones personales, porte ilegal de armas, hurto, extorsión y porte, venta y fabricación de drogas ilegales.

Pero el caso de las bandas criminales que operan en Usaquén, al Nororiente de la ciudad de Bogotá, no es el único de bandas organizadas que están acechando a la ciudad, en el Sur de la capital también han venido operando bandas de los denominados “Tierreros” o estafadores con terrenos, los cuales tendrían orígenes en los grupos paramilitares de extrema derecha desmovilizados durante el gobierno del ex Presidente Álvaro Uribe Vélez, y que habrían regresado a las andadas conformando una compleja y sofisticada organización integrada por notarios, abogados, inspectores de policía y antiguos paramilitares oriundos de la Guajira y Arauca, encargados de falsificar documentos y suplantar personas para hacerse con la propiedad de lotes, casas y apartamentos, ya no solo en los barrios más deprimidos del sur de la ciudad, sino extendiendo su accionar a otras Localidades más céntricas como Teusaquillo.

“Los Tierreros”, estafan luego a incautas personas con promesas de compraventa sobre los inmuebles que han fraudulentamente adquirido, y los cuales prometen vender simultáneamente a múltiples compradores, pero aparte de esto, se les ha señalado como los autores del homicidio de Eduardo Patiño, un líder comunitario de la localidad de Rafael Uribe Uribe en el sur de Bogotá, quien los denunció ante las autoridades.

Varios casos de estafas con promesas de compraventa han sido detectados en barrios del Sur de la capital, como Las Acacias, Jazmín Occidental, Palmitas, Villa Alexandra, El triunfo, Los Almendros y La Rivera, o Marruecos a los que se suma San Bernardino en Bosa y Patio Bonito en la localidad de Kennedy, pero también en Galerías, Teusaquillo, al centro – norte de la ciudad. Prácticamente ningún sector de la ciudad está libre del riesgo de la presencia de “Los Tierreros”, dado que los criminales detectan terrenos baldíos e incluso casas y apartamentos ya construidos, con problemas de sucesión o propiedad del Estado y los invaden, falsifican títulos de propiedad y luego los ofrecen a la venta.

Los criminales operan principalmente en áreas de la ciudad objeto de renovación urbana, es decir, donde se adelantan procesos de construcción de viviendas nuevas lo que atrae a los compradores esperanzados en adquirir viviendas económicas.

Centenares de familias han sido timadas, muchos no han denunciado por las intimidaciones que reconocidos exjefes paramilitares desmovilizados les hacen.

Por esos hechos hasta ahora se han encontrado vínculos con un hombre que el exsecretario de Gobierno distrital, Antonio Navarro Wolff señaló como Félix Bermúdez Roldán, identificado con cédula de ciudadanía 19.448.327 de Bogotá. D.C., y con Luis Alvarado Hernández Parrado, alias ‘Barbas’, quien sería un ex paramilitar de los Llanos Orientales, pero la Fiscalía está investigando a otras personas por casos similares, entre quienes se encontraría José Alfredo, un antiguo jefe paramilitar hoy desmovilizado, que trabajó con 'Jorge 40' e incluso se desempeñó como “Gestor de Paz” para la Alcaldía Mayor de Bogotá. En ese entonces, Navarro Wolff, declaró que “los urbanizadores piratas no son bandas de medio pelo sino organizaciones muy bien estructuradas, que cuentan con mucho dinero, así que hay que combatirlas con seriedad”.

Los vínculos de bandas criminales como ‘Los Tarazona’, “los Luisitos”, ‘Los Porras’, y los ‘Santandereanos’, “Los Pascuales”, o las de “Los Tierreros”, con organizaciones de narcotraficantes y paramilitares desmovilizados, los hace extremadamente peligrosos y debe obligar al Estado colombiano a adoptar todas las medidas tendientes a su desarticulación por cuanto cada día están tomando mayor fuerza y osadía ante una ciudadanía cada vez más desamparada y desprotegida.

Por ahora, familiares del joven policía desaparecido, oriundo en la ciudad de Manizales, se han sumado a las tareas de búsqueda y coinciden en señalar que “Hemos buscado por todas partes. Que no le vayan a hacer daño. Es un muchacho que hasta ahora está empezando a vivir”.

Con información de: https://www.elcolombiano.com, https://dolar.wilkinsonpc.com.co, https://www.elcolombiano.com, https://m.elespectador.com, https://www.elnuevosiglo.com.co, https://m.laopinion.com.co/, https://www.eltiempo.com/, https://www.elpais.com.co, https://www.noticiascaracol.com, https://www.elespacio.com.co, https://noticiasunolaredindependiente.com, https://www.radioonlinecolombia.com, https://www.terra.com.co.

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