Resumen de Noticias

“Lo que logramos hoy, lo que anunciamos hoy, es una gran noticia para Colombia y también para el mundo”, Presidente Santos
El día histórico para la Paz en Colombia: Seis meses para la firma del acuerdo final
Las FARC-EP desean convertirse en partido político legal

“Un acuerdo que debe sentar las bases de una paz que verdaderamente sea estable y duradera, que cierre definitivamente los ciclos históricos de violencia, y que responda a las expectativas de los colombianos de una paz con justicia.”

Juan Manuel Santos Calderón, Presidente de la República de Colombia.

Bogotá D.C., Septiembre 24 de 2015. Sala de Redacción de ACCIÓN 13 Noticias. El día de ayer en la Habana, se produjo el histórico encuentro entre el Presidente de Colombia Juan Manuel Santos Calderón, y el máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejercito Popular, (FARC – EP), Rodrigo Londoño Echeverri, alias «Timoleón Jiménez» o Timochenko, en el cual se anunció la firma del acuerdo de justicia transicional y víctimas, que abre el camino para la firma de la paz entre el gobierno y la guerrilla que antecederá a la dejación de armas, que deberá comenzar a más tardar a los 60 días luego de la firma del Acuerdo Final, cuya fecha se fijó para el 23 de marzo de 2016. El proceso de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla rebelde de las FARC, que se inició en Octubre 18 de 2012, en Oslo (Noruega), se encontraría ad portas de culminar en un acuerdo definitivo entre las partes tras atravesar por duras críticas desde la ultraderecha y la incomprensión y desinformación de la mayoría de los colombianos y de una prensa monopolística mayoritariamente opuesta a los diálogos.



El histórico momento en que el Presidente Juan Manuel Santos Calderón estrecha la mano del máximo comandante de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko. Foto captura.

Hace poco, el Presidente colombiano Juan Manuel Santos Calderón, había anunciado que durante su viaje a Nueva York, donde asistirá a la Asamblea General de la ONU, «Haré escala en La Habana para una reunión clave con los negociadores con el fin de acelerar el fin del conflicto. La paz está cerca», y fue así como en medio de las críticas que el máximo líder de la ultraderecha radical Álvaro Uribe Vélez, le lanzó, terminó reuniéndose con el máximo dirigente de las FARC-EP, Rodrigo Londoño Echeverri, alias «Timoleón Jiménez» o Timochenko, convirtiéndose así en el segundo mandatario constitucional colombiano en reunirse con un jefe de las FARC, tras que el entonces Presidente Andrés Pastrana, se reuniera en la aldea de Los Pozos, con Pedro Antonio Marín, alias "Manuel Marulanda", o "Tirofijo", en 2001.

El encuentro entre el Presidente Santos y el comandante guerrillero alias Timoleón Jiménez, se produjo dentro del marco del anuncio trascendental de la firma del acuerdo en materia de justicia en el proceso de paz con las FARC, que incluyó la lectura de un comunicado conjunto consistente en diez puntos, pero también el anunció de la fecha escogida para la firma del acuerdo final: El 23 de marzo de 2016, sesenta días después de lo cual las FARC, se comprometieron a la dejación de las armas, con lo cual habrá terminado la única guerra que se libra actualmente en el continente Americano, y la más antigua del planeta.

La declaración conjunta que fue leída ante los asistentes, entre quienes se contaron en Presidente Raúl Castro, el Canciller cubano, Bruno Rodríguez; los miembros de los equipos negociadores de las partes, así como delegados de Cuba y Noruega, países garantes, y Venezuela y Chile, países acompañantes, señala que “El Gobierno de la República de Colombia y las FARC-EP reafirman su compromiso con los acuerdos logrados hasta la fecha: ‘Hacia un Nuevo Campo Colombiano: Reforma Rural Integral’, ‘Participación política: Apertura democrática para construir la paz’ y ‘Solución al Problema de las Drogas Ilícitas’”.

Así mismo anunciaron la creación de un Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, que incluye la creación de una Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, todo esto encaminado a alcanzar una fórmula de justicia que satisfaga los derechos de las víctimas y contribuya a la construcción de una paz estable y duradera.

La reparación a las víctimas del conflicto, que ya se prolonga por sesenta años, ha sido una de las objeciones que desde la esquina de la derecha radical se han lanzado contra el Proceso de Paz, en medio de acusaciones sobre que la paz con las FARC, conduciría a la impunidad de los crímenes de lesa humanidad y contra el Derecho Internacional Humanitario. Al respecto, el acuerdo de ayer incluye: “En cuanto al componente de justicia, hemos acordado crear una Jurisdicción Especial para la Paz, que contará con Salas de Justicia y con un Tribunal para la Paz. Las Salas y el Tribunal estarán integrados principalmente por magistrados colombianos, y contarán con una participación minoritaria de extranjeros que cumplan los más altos requisitos. La función esencial de las Salas y del Tribunal para la Paz es acabar con la impunidad, obtener verdad, contribuir a la reparación de las víctimas y juzgar e imponer sanciones a los responsables de los graves delitos cometidos durante el conflicto armado, particularmente los más graves y representativos, garantizando la no repetición”.

Según el acuerdo firmado entre el gobierno colombiano y las FARC, ayer en el Centro de Convenciones de la Habana, Cuba, “El componente de justicia prevé que a la terminación de las hostilidades, de acuerdo con el DIH, el Estado colombiano otorgará la amnistía más amplia posible por delitos políticos y conexos. Una ley de amnistía precisará el alcance de la conexidad. En todo caso no serán objeto de amnistía o indulto las conductas tipificadas en la legislación nacional que se correspondan con los delitos de lesa humanidad, el genocidio y los graves crímenes de guerra, entre otros delitos graves como la toma de rehenes u otra privación grave de la libertad, la tortura, el desplazamiento forzado, la desaparición forzada, las ejecuciones extrajudiciales y la violencia sexual. Estos delitos serán objeto de investigación y juzgamiento por parte de la Jurisdicción Especial para la Paz”.

La creación de la Jurisdicción Especial para la Paz, representa un importante logro por cuanto se traduce en la aceptación de las FARC, de someterse a un juicio y purgar condenas por crímenes cometidos sobre los que “La Jurisdicción Especial para la Paz tendrá competencia respecto de todos los que de manera directa o indirecta hayan participado en el conflicto armado interno, incluyendo a las FARC-EP y a los agentes del Estado, por los delitos cometidos en el contexto y en razón del conflicto, en especial respecto de los casos más graves y representativos”.

El acuerdo fijó el procedimiento a seguir por parte de “La Jurisdicción Especial para la Paz contempla dos tipos de procedimientos: uno para quienes reconocen verdad y responsabilidad, y otro para quienes no lo hacen o lo hacen tardíamente. A los primeros se les impondrá una sentencia, fundada en las conductas reconocidas después de haber sido contrastadas las investigaciones de la Fiscalía General de la Nación, las sanciones impuestas por otros órganos del Estado, las sentencias judiciales existentes, así como la información que provean las organizaciones de víctimas y de derechos humanos. Los segundos enfrentarán un juicio contradictorio ante el Tribunal”. En la práctica, quienes hayan cometido delitos contra el Derecho Internacional Humanitario, y no los reconozcan, podrán afrontar condenas de hasta 20 años de cárcel.

Ese punto, tan delicado y controversial, fue explicado indicando que “Las sanciones que imponga el Tribunal tendrán como finalidad esencial satisfacer los derechos de las víctimas y consolidar la paz y deberán tener la mayor función restaurativa y reparadora del daño causado. Para todos aquellos que reconozcan responsabilidades por los delitos competencia del Sistema, la sanción tendrá un componente de restricción de libertades y derechos que garantice el cumplimiento de las funciones reparadoras y restauradoras de las mismas mediante la realización de trabajos, obras y actividades y en general la satisfacción de los derechos de las víctimas. Las sanciones para quienes reconozcan delitos muy graves tendrán un mínimo de duración de cumplimiento de 5 años y un máximo de 8 de restricción efectiva de la libertad, en condiciones especiales. Las personas que hagan dicho reconocimiento de manera tardía ante el Tribunal serán sancionadas con pena de prisión de 5 a 8 años, en condiciones ordinarias. Para tener derecho a la pena alternativa, se requerirá que el beneficiario se comprometa a contribuir con su resocialización a través del trabajo, capacitación o estudio durante el tiempo que permanezca privado de la libertad. Las personas que se nieguen a reconocer su responsabilidad por tales delitos y resulten culpables serán condenadas a pena de prisión hasta de 20 años, en condiciones ordinarias.”

Se recalcó que “Para acceder a cualquier tratamiento especial dentro de la Jurisdicción Especial para la Paz es necesario aportar verdad plena, reparar a las víctimas y garantizar la no repetición”.



El punto final, y tal vez el más esperado por los colombianos, fue la fecha límite para alcanzar la paz en el país, y que fue establecida para el 23 de marzo de 2016 con la firma del acuerdo final, es decir: seis meses después de la firma del acuerdo sobre justicia transicional y víctimas, sesenta días después de lo cual las FARC, harán la dejación de las armas, mayo esto sería para el 23 de mayo de 2016.

El camino que seguiría a los integrantes desmovilizados de las FARC, aparte de su sometimiento a la Jurisdicción Especial para la Paz, sería su trasformación en un partido político legal con capacidad de incidir y participar en la vida democrática, esto a fin de lograr llevar a las urnas sus propuestas ideológicas, una forma de garantizar que en Colombia las diferencias políticas ya jamás serán resueltas con el uso de las armas.

“La transformación de las FARC-EP en un movimiento político legal es un objetivo compartido, que contará con todo el apoyo del Gobierno en los términos que se acuerden”, concluye el punto decimo de la declaración conjunta.

La firma del acuerdo sobre la Jurisdicción Especial de Paz, fue descrita por el Presidente Santos Calderón, al decir que “Hoy he venido a La Habana en primer lugar para anunciarles a los compatriotas, a los colombianos, al mundo entero pero en especial a las víctimas, que hemos logrado un acuerdo sobre las bases de un sistema de justicia que me permite decir con convicción que vamos a lograr el máximo de justicia posible para las víctimas, la máxima satisfacción posible de sus derechos.”.



El mandatario colombiano, indicó también que la creación del “Tribunal cierra entonces el círculo de un sistema de rendición de cuentas que no es impuesto con posterioridad, sino que surge de un acuerdo, como tal vez no se haya hecho en ninguna negociación de paz”.

Juan Manuel Santos Calderón, destacó que ese avance es muy importante por cuanto “Esto demuestra la madurez que ha alcanzado este proceso. Desde la orilla de las instituciones, quiero reconocer y valorar el paso que hoy han dado las FARC. Somos adversarios, estamos en orillas diferentes, pero hoy avanzamos en una misma dirección, en esa dirección más noble que puede tener cualquier sociedad, que es la de la paz”.

De soslayo, el Presidente Santos Calderón, reconoció dos verdades históricas del largo conflicto armado que vive Colombia, y es la increíble capacidad destructiva de la extrema derecha colombiana que llegó a perpetrar una tarea sistemática de persecución y exterminio contra integrantes de las FARC, desmovilizados y agrupados en forma legal en el partido político Unión Patriótica, el cual nació en 1984 como resultado de los acuerdos de paz entre el gobierno del entonces Presidente Belisario Betancur y la guerrilla de las FARC. Ese proceso inicial de transición de los guerrilleros de las FARC a la democracia, terminó con el exterminio físico y político del movimiento, unos asesinados, otros exiliados y amenazados, y dos décadas más de violencia en Colombia.

Al respecto de ese triste antecedente, Santos Calderón señaló que “Y a nosotros como Gobierno nos corresponde dar todas las garantías de seguridad a las FARC y emplearnos a fondo en la implementación de los acuerdos, para poner en marcha las transformaciones que hemos pactado: la reforma rural integral, la nueva apertura democrática, la solución al problema de las drogas ilícitas y ahora, los acuerdos sobre víctimas. Esto nos debe llevar a garantizar más participación, más bienestar y más equidad”.

La otra verdad histórica negada hasta hace poco por el gobierno colombiano, es que las circunstancias de injusticia social vividas desde la época colonial en Colombia, dieron origen a la guerrilla de las FARC, como una respuesta contra la sádica violencia que desplegaban los poderosos contra los más humildes y desposeídos: “Porque de eso se trata este proceso: de poner fin al largo conflicto armado que ha vivido Colombia, y de hacer las transformaciones necesarias para que nunca más, nunca más, se vuelva a repetir”.

Juan Manuel Santos Calderón finalizó su declaración diciendo que “No podemos permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación”, y puntualizando que “¡No vamos a fracasar! ¡ha llegado la hora de la paz!”

En la otra esquina, el dirigente ultraderechista Álvaro Uribe Vélez, usó su cuenta en Twitter, para lanzar fuertes críticas contra el acuerdo logrado en la Habana, con el grupo rebelde FARC. Uribe Vélez, se mostró en desacuerdo con que el modelo de Justicia Especial para la Paz, no contemple cárcel para los dirigentes de las FARC, rechazó lo que él considera una “igualación” entre los “terroristas” de las FARC, y las Fuerzas Armadas colombianas, y condenó lo que llamó “la indignante presencia de jerarcas de la tiranía de Venezuela que posan de acompañantes del proceso”.

Los post en Twitter de Álvaro Uribe Vélez, seguramente son el anunció de la polémica que desde hoy se desatará en Colombia en torno al acuerdo logrado ayer en la Habana y al anuncio inminente del final del conflicto armado. La polémica está servida.

Con información de: https://www.bbc.co.uk/, https://wp.presidencia.gov.co/, https://www.verdadabierta.com/, https://twitter.com/AlvaroUribeVel.

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