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Resumen de Noticias
Alcide Aubriot, levantó hacia la noche obscura sus ojos pardos, un silencio pesado había caído sobre las trincheras y una brisa helada arrastraba desde el sur el olor a carne podrida que se desprendía de los cadáveres enredados en las alambradas de púas que zaherían los campos torturados en Verdún, en el nordeste de Francia. El pasado 21 de febrero de 1916, el ejército alemán había lanzado más de 1.000.000 de proyectiles (incluyendo gas venenoso) provenientes de 1.400 armas de fuego, la mayoría de ellas obuses pesados, sobre los franceses dando inició así a una de las más sangrientas batallas de la Primera Guerra Mundial. Arriba, en ese mismo cielo que contemplaba Alcide, aterido entre el barro de su trinchera; a 14 millones de kilómetros, un nuevo compañero de viaje se aferraba a la órbita de un planeta Tierra, sacudido y torturado por la guerra.
